viernes, 23 de enero de 2009

miércoles, 21 de enero de 2009

Verde (será?).



He desarrollado un odio por el término, tal vez producto a mi resistencia al cambio, no lo uso ni en mi ropa. Actualmente va mas allá de un color, verde simboliza muchas cosas. Sustentable, Green, Natural, Reciclable, Orgánico, Ecológico, Naturaleza, Medio Ambiente, No contaminante, Reutilizable, Ecosistema, etc. El término verde me confunde, es todo lo anterior y nada a la vez. Me he resistido por algún tiempo a ser Verde, tal vez por no entenderlo. ¿¡Verde!?. Mi gran queja sobre la palabra Verde=Green es su valor comercial. Verde es una moda que pinta para ser pasajera. No parece haber una consciencia real sobre la problemáticas globales del planeta. Green se ha desviado hasta convertirse en un instrumento de venta no en una cultura para beneficiarnos a todos. El 80% de la contaminación del planeta esta generada por la construcción de ciudades, por lo tanto nos involucra directamente a todos los diseñadores urbanos, arquitectos y todos los demás que vivimos ahí. El sistema urbano contamina, necesitamos mejorarlo, es un área de oportunidad importante para contrarrestar los problemas que hemos causado. Para innovar, revolucionar o simplemente cambiar exitosamente los sistemas urbanos actuales es importante que sean aceptados por las sociedades, es decir que sean parte de los hábitos de los ciudadanos, parte de la vida diaria, usos y costumbre. Comerciantes, verde no debe ser su bandera de venta, sin importar el significado real final, se refiere a solucionar problemas globales. Ser verde es nuestra obligación. Para ser verdes debemos ser educados “verdemente”, “verdirizar” de manera inconsciente.
vth.


Reflexion inicial para el concurso Green Comunity.


lunes, 12 de enero de 2009

Ser revolucionario.

La metodología de enseñanza está evolucionando día a día, como cualquier cosa. Evoluciona en sus ideas, ¿evoluciona?, solo cambia. La educación cayó en el juego del consumismo. Se convierte en un negocio. Educación del diseño. Un intercambio de dinero por un titulo, un negocio. El fin último del diseño no debe ser el negocio, el negocio debería de ser la consecuencia de un buen diseño. La educación no debe de compararse con los monopolios de café por innovadores y vanguardistas. Los cambios por el hecho de matar el aburrimiento de lo cotidiano son absurdos. Diseñar plantea un problema, busca una solución a una o varias situaciones. La educación no debería de ser una revolución sin un fin, como planteó Slawomir Mrozek.


En mi cuarto, el armario está en la pared, el escritorio allá y la cama aquí. No quiero la revolución de lo absurdo.
VTH.