miércoles, 21 de enero de 2009

Verde (será?).



He desarrollado un odio por el término, tal vez producto a mi resistencia al cambio, no lo uso ni en mi ropa. Actualmente va mas allá de un color, verde simboliza muchas cosas. Sustentable, Green, Natural, Reciclable, Orgánico, Ecológico, Naturaleza, Medio Ambiente, No contaminante, Reutilizable, Ecosistema, etc. El término verde me confunde, es todo lo anterior y nada a la vez. Me he resistido por algún tiempo a ser Verde, tal vez por no entenderlo. ¿¡Verde!?. Mi gran queja sobre la palabra Verde=Green es su valor comercial. Verde es una moda que pinta para ser pasajera. No parece haber una consciencia real sobre la problemáticas globales del planeta. Green se ha desviado hasta convertirse en un instrumento de venta no en una cultura para beneficiarnos a todos. El 80% de la contaminación del planeta esta generada por la construcción de ciudades, por lo tanto nos involucra directamente a todos los diseñadores urbanos, arquitectos y todos los demás que vivimos ahí. El sistema urbano contamina, necesitamos mejorarlo, es un área de oportunidad importante para contrarrestar los problemas que hemos causado. Para innovar, revolucionar o simplemente cambiar exitosamente los sistemas urbanos actuales es importante que sean aceptados por las sociedades, es decir que sean parte de los hábitos de los ciudadanos, parte de la vida diaria, usos y costumbre. Comerciantes, verde no debe ser su bandera de venta, sin importar el significado real final, se refiere a solucionar problemas globales. Ser verde es nuestra obligación. Para ser verdes debemos ser educados “verdemente”, “verdirizar” de manera inconsciente.
vth.


Reflexion inicial para el concurso Green Comunity.


1 comentario:

Penélope Montes dijo...

Creo que en la arquitectura la separación entre tener una conciencia verde o una no-conciencia es un error de fondo, nunca se debió de haber distinguido ser verde. Las premisas de diseño de sustentabilidad, ahorro de energía, utilización de materiales locales, entre otras, han sido constantes desde los primeros ejercicios de diseño. Estoy de acuerdo que la adopción de esta ideología en la actualidad es una moda de mercadotecnia, una explotación de ideas que han sido modos de producir edificios desde tiempos remotos reducidas a coeficientes y porcentajes en tablas. Como dirían los de Aterciopelados habría que dejar que “La naturaleza belleza gruesa y espesa se siente a mi mesa”.