Un río es una corriente natural de agua que fluye. Posee un caudal determinado y desemboca en el marr, en un lago o en otro río.
De pequeño me inquieto la cantidad y la diversidad de de autos que pasan por la ave. Constitución…(conocida por mis hermanas y yo como la calle “Río Piedras”…) Los colores, marcas modelos, tamaños formas eran diversas. Cuando esperaba en la “Plaza de las Naciones”, mientras hacia una fila infinita entre un tumulto de gente que deseábamos la visa americana, hice un ejercicio mental para saber cuantos autos por minuto pasaban. Ahora no recuerdo los resultados, lo que si recuerdo es que tenía que empezar cada vez por no recordar si ya había contado al “bocho ecotaxi” verde del carril 3 o al del carril 1. O si había imaginado un bocho de más, cuando en realidad habían pasado más de 5 en menos de 10 segundos. Pronto el cansancio me inundo y mi vista fue mas allá la línea de múltiples colores con fondo gris del concreto, polvo y del asfalto. Mi atención se quedo en el hueco que se formaba entre estas 2 avenidas, quede imaginándome si ese “RIO” siempre había sido así y como sería a futuro, me pregunté si el agua algún día se había dignado a pasar por ahí, incrédulo, lo dibuje lleno de agua y vida.
¿Que queda de “RIO” en el Santa Catarina? En el “Rio Piedras” cuando he visto agua contrasta entre charco canal pluvial u olas furiosas fugaces. Es una cavidad, un vado, un hueco, una zanja, un espacio robado a la superficie, es un triste recuerdo para los del 88, un negocio redondo para pocos, el pan de cada día para el mercado, la adrenalina de la velocidad, un lugar recreativo, un balón, un ridículo circo. Un sitio que para la mayoría pasa desapercibido y los márgenes asfaltados son los protagonistas por su denigrante función de circulación automotriz, un río de automóviles que fluyen de un lado a otro sin notar la existencia de la obra de arte esculpida por la naturaleza y desahuciado por el hombre. Un sitio que por su realidad actual y el espacio que ocupa parece óptimo para desarrollar miles de actividades, menos la de un Río. La percepción de este espacio depende de la actividad que se realice en él y con él. Tristemente la minoría es la que se sumerge en esa depresión topográfica y fluye.
El río Santa Catarina deberá de ser un sitio vivido y visitado, un símbolo de la ciudad restaurado y evolucionado, un espacio que debe revivir, reestructurarse y por que no reinventarse, un detonador del entorno inmediato, mas que ser un observador inerte del movimiento de los autos. La corriente se la quitamos los hombres, los hombres debemos devolverle su protagonismo, nosotros debemos de fluir en ese canal, darle un uso. El carácter de detonador más que un obstáculo.
Hace poco tiempo visité casualmente la misma Plaza, y recordé el experimento de mi infancia, dirigí mi vista hacia los autos con la firme intención de contarlos (a ver que tan buena era mi memoria y mi vista). La cantidad de gente que estaba en el parque era muy poca, la banda de asfalto es más ancha y con desniveles a todo lo largo, ahora la fila de la visa no aplica tampoco, hay que hacer cita. Desafortunadamente me di cuenta que cuando de pequeño en la plaza solo estaba contando los autos que van hacia un solo sentido (pte) y que el resultado obtenido en aquel entonces no lo podré saber ahora. Mientras me encontraba en ese transe, aquella cavidad, llamo mi atención de nuevo.
De pequeño me inquieto la cantidad y la diversidad de de autos que pasan por la ave. Constitución…(conocida por mis hermanas y yo como la calle “Río Piedras”…) Los colores, marcas modelos, tamaños formas eran diversas. Cuando esperaba en la “Plaza de las Naciones”, mientras hacia una fila infinita entre un tumulto de gente que deseábamos la visa americana, hice un ejercicio mental para saber cuantos autos por minuto pasaban. Ahora no recuerdo los resultados, lo que si recuerdo es que tenía que empezar cada vez por no recordar si ya había contado al “bocho ecotaxi” verde del carril 3 o al del carril 1. O si había imaginado un bocho de más, cuando en realidad habían pasado más de 5 en menos de 10 segundos. Pronto el cansancio me inundo y mi vista fue mas allá la línea de múltiples colores con fondo gris del concreto, polvo y del asfalto. Mi atención se quedo en el hueco que se formaba entre estas 2 avenidas, quede imaginándome si ese “RIO” siempre había sido así y como sería a futuro, me pregunté si el agua algún día se había dignado a pasar por ahí, incrédulo, lo dibuje lleno de agua y vida.
¿Que queda de “RIO” en el Santa Catarina? En el “Rio Piedras” cuando he visto agua contrasta entre charco canal pluvial u olas furiosas fugaces. Es una cavidad, un vado, un hueco, una zanja, un espacio robado a la superficie, es un triste recuerdo para los del 88, un negocio redondo para pocos, el pan de cada día para el mercado, la adrenalina de la velocidad, un lugar recreativo, un balón, un ridículo circo. Un sitio que para la mayoría pasa desapercibido y los márgenes asfaltados son los protagonistas por su denigrante función de circulación automotriz, un río de automóviles que fluyen de un lado a otro sin notar la existencia de la obra de arte esculpida por la naturaleza y desahuciado por el hombre. Un sitio que por su realidad actual y el espacio que ocupa parece óptimo para desarrollar miles de actividades, menos la de un Río. La percepción de este espacio depende de la actividad que se realice en él y con él. Tristemente la minoría es la que se sumerge en esa depresión topográfica y fluye.
El río Santa Catarina deberá de ser un sitio vivido y visitado, un símbolo de la ciudad restaurado y evolucionado, un espacio que debe revivir, reestructurarse y por que no reinventarse, un detonador del entorno inmediato, mas que ser un observador inerte del movimiento de los autos. La corriente se la quitamos los hombres, los hombres debemos devolverle su protagonismo, nosotros debemos de fluir en ese canal, darle un uso. El carácter de detonador más que un obstáculo.
Hace poco tiempo visité casualmente la misma Plaza, y recordé el experimento de mi infancia, dirigí mi vista hacia los autos con la firme intención de contarlos (a ver que tan buena era mi memoria y mi vista). La cantidad de gente que estaba en el parque era muy poca, la banda de asfalto es más ancha y con desniveles a todo lo largo, ahora la fila de la visa no aplica tampoco, hay que hacer cita. Desafortunadamente me di cuenta que cuando de pequeño en la plaza solo estaba contando los autos que van hacia un solo sentido (pte) y que el resultado obtenido en aquel entonces no lo podré saber ahora. Mientras me encontraba en ese transe, aquella cavidad, llamo mi atención de nuevo.
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